miércoles, 27 de octubre de 2010

¿Cómo piensa Japón?, 2 (por Tomoko Aikawa)

¿Resultará raro decirle a un público argentino que en Japón no existe la filosofía? En realidad la palabra japonesa Tetsugaku equivalente a “filosofía” fue producida años atrás en la era de Meiji (1968 a 1912), cuando hubo que traspasar dicho concepto occidental a un idioma japonés que no lo contenía. Fue un arduo trabajo, por lo cual admiro por sus escritos a Nishi Amine y Mori Ogai entre otros.
Originalmente, parece que Tetsugaku significa “amor a los conocimientos”.
Pero, teniendo en cuenta su significado real y el sentido japonés, se quiso usar el término como “búsqueda de conocimiento”. Desde allí fue convirtiéndose en Tetsugaku (en kanji 哲学), aunque hoy en día a los japoneses les encanta la filosofía de la escuela de Sócrates y Platón, y no consideran su propia búsqueda de pensamiento como
Tetsugaku–Filosofía. Por otro lado, cada vez hay más occidentales que se convierten al budismo en busca de una filosofía real. Cuando hablo sobre el pensamiento y la filosofía japoneses insisto en que no es “la filosofía” que entienden los occidentales y dejo aclarado que se trata de una forma de ser, de sentir, de pensar y de expresión de las costumbres sociales. Algo que se torna normal por ser japonés.

Por otra parte, se observa una interrelación con la religión budista y la shintoísta. Pero en la vida cotidiana muchos japoneses piensan de acuerdo a cómo lo hizo y enseñó Confucio.
Los japoneses nacen como Ujiko: significa decir que son hijos de la divinidad del santuario (Jinja) correspondiente a su zona de nacimiento. A los 3 y 7 años las nenas, y a los 5 años los varones, deben ir a saludar y mostrar que han crecido sanos y fuertes al supuesto dios Kamisama. Lo hacen en el santuario de su zona, una tradición que, según hoy me doy cuenta, es en algo equivalente a la comunión de la iglesia católica.

A veces se realiza en abril la Fiesta de la flor, en el aniversario (Tanjobi) de Budha. En el mes de julio tiene lugar la “Fiesta de las estrellas”, relacionada con la mitología china. La mayoría de las parejas se casan en el santuario ante Kami (divinidad sintoísta), montando una estructura en un lugar contiguo del salón de hotel en donde se realiza la fiesta de la boda. A las novias les encanta vestirse de blanco, como si fuesen a casarse en una iglesia católica, o bien alquilan una iglesia sin ser católicos. O bien, durante la fiesta, primero usan Uchikake (kimono lujoso de casamiento) y luego se ponen un vestido de novia occidental, largo y blanco. Si durante la vida les surgen situaciones difíciles tales como rendir examen o enfrentar una operación, etc., rezarán solicitando al Kamisama (dios sintoísta) o Hotokesama (Budha), Kamisama Hotokesama.

Por otro lado, le temen a Yama no Kami-san (dios de la montaña) y a su esposa (O kami-san), aunque los mayores miedos que se dicen entre comillas, digamos oficialmente, son a Jishin (terremoto), Kaminari (trueno), Kaji (incendio) y Oyaji (el hombre o jefe de la familia, padre o marido). Cuando se encuentran en crisis tales como desastres naturales, rezan con la oración de Namu-amida-butsu (budista) para poder hacerle frente al miedo y sobrellevar los inconvenientes.

El ritual del fallecimiento se realiza frente a altares budistas en los que se coloca la foto de la persona enmarcada en negro, mostrando de esta manera que se ha convertido en Budha. Los restos son cremados y luego depositados en un recipiente adecuado. El proceso se realiza utilizando unos palillos largos. De aquí surge la cábala de que en la mesa no se deben utilizar los palillos para tomar y pasarse comida entre dos o más personas, es decir no hay que cruzar los palillos.

Tengo una alumna sacerdotisa budista taiwanesa que hizo Shukke (abandonar su casa para comenzar el camino del budismo) y otro alumno procedente de Mar del Plata que salió de su casa a los 20 años. Ninguno de los dos recibe subsidio familiar y me entregaron un escrito donde
se observan algunas discrepancias. La alumna opina que el budismo es “la filosofía de la vida” y el alumno de aquí aduce que es otro “chamuyo” argentino, uno más de los tantos que forman parte de la idiosincrasia local.

Espero que mis comentarios no queden como un chamuyo argentino, porque lo que hago es traducir conceptos japoneses de acuerdo con el pensamiento y filosofía argentina, una labor ardua que no tiene fin.

Hay que pensar que todas las montañas se forman a través de una piedra. En Japón se dice (seguramente proviene de algún pensador chino), que cuando nos sentamos arriba de una piedra por más de tres años nos resulta fácil sentarnos. Mi piedra de base tiene 20 años, durante los cuales he experimentado distintas situaciones interculturales como intercambios técnicos, empresariales, políticos y hasta diplomáticos.

Y por supuesto, quisiera mencionar y agradecer la amistad que muchos argentinos me brindaron y muchos que también me aguantaron y enseñaron que hay otra forma de pensar, o bien otro punto de vista de ver la realidad. Este el gran motivo por el cual me siento feliz en Buenos Aires y porque encontré mi camino de ser en esta ciudad. Así que espero poder trasmitir aunque sea sólo algunos aspectos del pensamiento y la filosofía entre comilla japonesa. Muchas arigato a mis amigos argentinos y japoneses y a los que todavía no lo son pero que creo fehacientemente que llegaremos a entendernos en el mundo. ¿O acaso será una ilusión poder entendernos cada vez mejor?

Los saluda Tomoko – Nina de Filosofía o Conocimiento, de acuerdo con la traducción literaria en Kanji – ideograma japonés que se emplea para decir mi nombre.

1 comentario:

  1. Me gustó mucho cómo trataron este tema. Es muy interesante, Tomoko, poder tener una visión "desde el otro lado", y creo que venís a responder preguntas que muchos nos hacemos con respecto al budismo y su "filosofía de la vida".
    Realmente me pareció muy valioso el aporte, con el tratamiento que le dispensaste al tema.

    Aunque no terminé de entender un punto: si mal no recuerdo de mis estudios, etimológicamente hablando, "Filosofía" proviene de los términos griegos "philos" o "phileo" y "sofia", que traducidos significarían "amor a la sabiduría". En este sentido, entonces, no estaría muy lejos de la traducción nipona del término que mencionás al principio, ¿no? ¿Fue que se desvirtuó con el tiempo?

    Saludos cordiales.

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