Ruta del Zen hacia Occidente 2: argumentación

Son variadas (y sinuosas y complementarias) las rutas a través de las cuales aquello que acabaría llamándose "Zen" se fue aproximando a lo que en la historia cultural acabó siendo reconocido como "Occidente".
- Marco Polo dio noticia (y guión fabuloso) del lamaísmo, en versión asimilable para la república mercantil de Venecia.
- Los filósofos ilustrados franceses "construyeron" un budismo apto para la Enciclopedia y para la modernidad eurocéntrica.
- La psicoterapia crítica del Yo permitió acercamientos de Carl Jung y de Eric Fromm con Daizetsu Suzuki.
- Como extensión previsible de lo anterior, la neurología de Paul Chauchard y luego de James Austin tendió puentes en el plano de la psicología del comportamiento.
- Sin dejar de lado ni la expansión religiosa de las "ramas" del Zen en su esfuerzo internacionalista (el propio D.T. Suzuki del Zen Rinzai; y Shunryu Suzuki o Taisen Deshimaru del Zen Soto), ni la re-lectura del Zen Soto en clave cristiana por jesuitas recientes (Heinrich Dumoulin y Hugo Lassalle).

Todos estos caminos han sido ampliamente documentados. Pero existe otro, menos transitado y potencialmente fértil: el que considera al Zen a la vez
- como resultado intermedio "japonés" de un proceso asiático de quince siglos
- y como producto de otro proceso en curso (desde hace bastante menos de un siglo) que reacondiciona dicho producto cultural "japonés" en otros (u otros) envases, asimilables para el pensar "occidental" moderno y crítico, particularmente de cuño heideggeriano y lacaniano.

El programa del post del pasado 5 de marzo precisaba las etapas históricas de este largo proceso. La explicación resumida que ahora doy señala las articulaciones antropológicas de una hipótesis en crecimiento.