jueves, 25 de junio de 2009

25 junio 2009: De budismo, religión, oriente y occidente


Miremos con atención estas imágenes, escuchemos los cánticos. A primera vista, nada más parecido a lo que ocurre en un templo occidental y cristiano. La comparación entre Japón y Occidente nació y a menudo se desarrolla sobre la base de un razonamiento como este. Sin embargo, el parecido es engañoso. Y si nos quedamos en este nivel obvio de percepción significa que nuestro conocimiento de lo que observamos difícilmente podrá avanzar.

El parecido que detecta la percepción inmediata es obvio sólo en apariencia.

Razonemos a partir de este ejemplo de fieles cantando. Si bien budismo y cristianismo son dos religiones con un exterior similar (un templo, un oficiante, una asamblea, unos cánticos, la monotonía de una monodia, laicos, sitios vacíos), la comparación entre tales aparencias fácilmente lleva a la confusión. En efecto: el budismo tiene templos pero no dogmas, jerarquía pero no Vaticano, opiniones pero no ortodoxias, espíritu pero no Dios.

Por eso, los japoneses y otros asiáticos se sorprenden cuando los occidentales denominan religión al budismo. No es fácil clasificar al budismo con simples criterios filosóficos o teológicos. Conocedor de esta situación, el diálogo cristiano-budista (del que este blog se ocupará algún día) es sobre todo un encuentro inter-cultural, como me han explicado algunos de sus protagonistas en Japón. Dos mundos diferentes buscan un lenguaje puente (vale decir: positivamente artificioso, convencional, capaz de solapar la situación) en el cual conversar y entenderse, creando en consecuencia algo nuevo, que no es otra cosa que ese mismo lenguaje, en el contexto que propicia un encuentro.

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