El zen no está nada lejos de nosotros, a pesar de lo que se empeña en repetir cierta monodia convencionalista, la cual lo sitúa en una estantería entre el orientalismo y la auto-ayuda. Tan cerca está el zen de nosotros (como sugería en el post de ayer) que está en nosotros: el zen es nosotros. Pero el zen no es invasor, no impone etiquetas, no fomenta adhesiones partidistas, no pide afiliación ideológica. Zen es (sólo) cierta dimensión (real, aunque escasamente perceptible) de la persona. Surge, aquí y allá, en quienes saben observar, penetrar y atravesar la realidad. Hoy es el artista Miguel Repiso, Rep (aquí en funciones de historietista, Página12 de Buenos Aires, 25 de enero). En ocasiones lo hice notar en el blog respecto de otra gente, principalmente occidental. Gente que no viste camiseta zenista ni tendría por qué hacerlo. Mucho de lo que intento decir sobre el tiempo en textos y seminarios está aquí presentado (diría Ezra Pound) con la rotunda brevedad de un haiku.
jueves, 17 de febrero de 2011
El zen y el tiempo
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