INTENSIVO DE ZAZEN, 12 Y 13 DE NOVIEMBRE

Sin duda zen es y no es una serie de cosas: una rama del budismo, una variedad o prolongación de técnicas psico-físicas provenientes del yoga, una oración silenciosa no confesional, un rico archivo filosófico, un dispositivo que recuerda la psicoterapia. El que sigue estos temas recordará que unos u otros autores han defendido unas u otras definiciones del complejo fenómeno del zen.
Del zen procede una técnica de meditación denominada zazen. Sentarse sin más a vivenciar la propia respiración: esa podría ser una traducción del término, o al menos una honesta paráfrasis. Más allá de cualquier definición que adoptemos del zen, lo cierto y principial es que de cabo a rabo el zen constituye una experiencia: un acontecimiento (algo que le ocurre a mi persona, que me ocurre), un salto (algo que mueve a un cambio cualitativo), una modificación observable (algo que cuestiona las habituales percepciones y explicaciones), una liberación de energía (que procura descanso y silencio).
Nunca pareciera momento oportuno de iniciar algo nuevo, o de proseguir lo comenzado. Pero, al mismo tiempo, ¿por qué no decidirse a averiguar cómo es, en primera instancia, algo que acaso nos intriga y atrae? Se organiza en noviembre una nueva sesión intensiva de zazen. Apta para averiguar de qué se trata; útil para refinar una práctica ya comenzada. El cartel adjunto da detalles. Si les interesa, escríbanme.
En estos días de descanso (y, por lo visto, sol radiante) sean felices. Procuren ser felices en todo momento y tómense el trabajo de hacerlo posible en la minucia de la propia vida.