lunes, 17 de agosto de 2009

El Japón de Horacio Wainhaus

Para algunos Japón es sólo un tema y no está nada mal: una geografía, unas artes escénicas, unas comidas, recuerdos de un viaje, de un rostro o de un film. Este blog también funciona así. Pero busca igualmente otra cosa: descubrir a Japón como una dimensión del conocimiento, un ángulo desde el cual mirar, un desvío con propósito heurístico, una coartada para mirarnos a nosotros mismos desde afuera, una ocasión de aprendizaje. Esto marca cierta forma específica de estar dentro de una disciplina y a la vez mirarla desde afuera, buscando relativizarla y enriquecerla. Surgen afinidades trans-disciplinarias entre personas que se encuentran en la misma cuerda, onda o disposición. Es el club (informal y algo estrábico) de quienes miran con un ojo el horizonte y con el otro un espejo proyectado hacia ellos mismos.

Horacio Wainhaus es Profesor Titular Regular de Morfología en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, dirige el proyecto de investigación Cartografía Gastón Breyer (Ubacyt). Por otra parte, es miembro fundador de la Sociedad de Estudios Morfológicos de la Argentina, (SEMA). Acaba de publicar Ars Heuristica (VOX, 2009), bello texto que da motivo a esta conversación.

—Horacio: ¿qué es la Morfología? ¿es algo equivalente a lo que los filósofos llaman heurística o los sociólogos epistemología o los estructuralistas estructura o Lacan topología o Slöterdijk esfera?
Es una pregunta copiosa. La Morfología es una disciplina que se ocupa del estudio de las formas. Su horizonte se insinúa a partir de imaginar la forma como discurso. Todo discurso implica la existencia de un vocabulario adecuado –los elementos de la forma y sus características– y sobre todo una gramática –el conjunto de relaciones posibles que permiten ordenar aquellos elementos con un fin discursivo– Entonces, la Morfología resulta un elemento clave en la comprensión del territorio. En mi caso, ese territorio necesita exceder al delimitado por la visualidad: se me hace imprescindible pensar en procesos morfológicos situados, por ejemplo, en el campo de la música, de la palabra escrita, o en los que se combinan diferentes medios de formalización.

- ¿Cómo se podría ilustrar este planteamiento?
Veamos. La Morfología recurre al análisis de los procesos de percepción (inputs) mediante los que accedemos a las formas, bajo el supuesto de que si algo no es percibido como forma por los sentidos eso no existe para el sujeto. También se ocupa del análisis racional de las organizaciones formales (por ejemplo, las clasifica con el aporte valioso de la Geometría, estudia las combinatorias de formas, etcétera) y desarrolla modelos discursivos a partir de las técnicas de expresión plástica (outputs), que son las que permiten al sujeto construir un lenguaje expresivo consistente, hecho liberador para el hombre.

- Así, la Morfología es una disciplina dinámica...
Claro. La Morfología es acción plástica. Resulta no sólo de pensar la forma, sino de hacerla, y requiere la práctica constante, la puesta en juego de la capacidad para plasmar las propias ideas.

- Como en toda disciplina poliédrica, no es sencillo calibrar los conceptos y precisar antecedentes...
Los referentes de la disciplina son muchos, quizá demasiados, porque “Forma” es un término sobre el que el hombre reflexionó desde la antigüedad y sigue reflexionando aún. Lacan o Slöterdijk, como decías. Sí, también Aristóteles, Nicolás de Cusa o el chino Hsieh Ho, que ponderaba la “condición ósea”, estructural, de la pincelada... Todo sirve. El estudio sistemático de los procesos de formalización es inseparable del avance de la ciencia y de las operaciones desarrolladas por las vanguardias artísticas del siglo XX, donde el aporte de maestros de la Bauhaus como Klee y Kandinsky ha sido especialmente relevante.

- Y está Goethe...
Seguramente fue Goethe el primero que acuñó en Occidente la palabra Morfología, con el fin de construir una disciplina -como afirmaba- que se ocupase “de los fundamentos más profundos de la cognición, de la esencia íntima de las cosas, en la medida en que nos ha sido dada para que la ofrezcamos en formas visibles y tangibles”.

- Otro concepto que no siempre consigue entenderse: Heurística...

La palabra Heurística nace del verbo griego Heurisko, que indica la acción de descubrir. Si la Morfología es una disciplina que se ocupa fuertemente del universo de los objetos, la Heurística, en cambio, requiere ser meta-disciplinaria, porque se concentra en los modos en que tienen lugar los procesos de invención en el sujeto: estudia el problema de la invención y el descubrimiento, así como los factores de novedad y permanencia en procesos y objetos, que siempre constituyen manifestación de un ideario humano. Creo que la Heurística ofrece, en cierto modo, una mirada complementaria a la morfológica.

- ¿Cuáles son algunos puntos nodales de la Heurística?
Una de las claves de la Heurística es el estudio de la problematización: se suele decir que la Heurística es “el Problema del Problema”. Eso no implica, necesariamente, encontrar soluciones, cosa no muy fácil de admitir por muchos en los pragmáticos tiempos que corren. Otra clave resulta de estudiar las relaciones que se establecen entre objeto y acontecimiento. Sólo cuando aceptamos que la amplitud y la diversidad de nuestros conocimientos y experiencias constituyen la base privilegiada de toda construcción de subjetividad, es posible asumir la complejidad del fenómeno de la ideación. La Heurística debe ir más allá de la fascinación que nos produce saber que podemos inventar objetos. Para la Heurística, un objeto -cualquier objeto- es un pretexto para pensar.

Visión es una palabra muy evocadora escuchada desde el Este. ¿Qué lugar ocupa en tu manera de mirar las cosas?

Deberíamos diferenciar muy fuertemente entre Visión y Visualidad. A mí me interesa mucho el problema de la visualidad, el modo en que ha cambiado el horizonte de visibilidad del hombre a través de sus diferentes circunstancias culturales. A veces, el vector de cambio parece sólo técnico, pero siempre el objeto técnico refleja un estado de cosas.

- ¿Aludes a una situación estructural?
Reflexioné mucho sobre esto en los últimos años e intenté compartir mi preocupación con mis estudiantes. Por eso uno de los ejes de trabajo en mis cursos resulta de analizar las relaciones entre artificio y naturaleza. Como dice el italiano Galimberti, los errores técnicos no derrumban la técnica, los errores técnicos se convierten inmediatamente en ocasiones de auto-corrección...

(- ...lógica del error, diría Gaston Bachelard...)
...La técnica suele diluir las normas sobre las que construimos nuestro universo ético. Hay una suerte de “saber técnico” que pretende ser universal y crea fácilmente standards (como Google, Facebook o Photoshop). Pero esa pretensión, lamentablemente, suele hacer desaparecer de un plumazo siglos de sabiduría.

- ¿Por ejemplo?...

...Volvamos al tema de tu pregunta sobre la visión. Es impresionante analizar desde esa perspectiva la irrupción de la fotografía, el cine, la TV, el telescopio Hubble o la computadora personal: los diferentes modos de representación de imágenes y su correlato con los objetos artísticos o de diseño. Visualidad pura. Es inquietante que no seamos todavía capaces de alcanzar, a través de un pensamiento meditativo, como afirmaba Heidegger, una confrontación adecuada con la condición técnica emergente. Tengo la impresión que tradiciones culturales fortísimas como, justamente, la japonesa, que bien conoces, están en verdadero peligro. De cualquier manera, tiendo a ver infinitamente más frágil -por razones políticas, económicas, históricas y sociales- el lugar que ocupa Latinoamérica. En el esquema de la época. Nuestra falta de mirada estratégica es imperdonable.

— Aludes a Japón. ¿Qué lugar ocupa Japón en tu presentación de esta problemática en la Universidad? ¿Y el haiku en particular? ¿Qué experiencia de lectura recoges de los estudiantes y de ti mismo?
Mi interés sistemático por el Japón es relativamente reciente. Me parece muy relevante el problema de la mirada, como bien marcaba Cartier-Bresson, un gran fotógrafo franZen. Lamentablemente, muchos de mis estudiantes están seducidos por la apariencia de las cosas que la época produce y, como no están educados para observar más allá, en realidad no observan: son observados. En ese sentido, suelen gustar sólo el Japón de los mass-media. No descubro nada diciendo esto, pero para mí la clave de entrada es la poética, porque la poética tiene una impronta muy difícil de masificar, individual, irreductible. Me agrada aprender a ser sensible a un fenómeno que está detrás de expresiones muy variadas –de Hokusai a Tanizaki, de Issa a Mishima o del Kabuki al Manga y a Tadao Ando.

- Lo importante es dejar claro qué percibes de común en expresiones que son, como tú dices, muy variadas...
En ellas percibo otra manera de abordar el problema de la mirada. Un buen haiku es seguramente el mejor ejemplo para transmitir esa idea. Y asimismo para mostrar el poder de una forma breve, esencial y no -digamos- universal, sino instantánea, particular. El otro día recordaba cuando a Bashô, moribundo, le pidieron que compusiera unos versos de despedida y respondió que no había escrito en su vida ningún verso que no constituyese un poema de despedida, siendo el poema de ayer el poema de despedida de hoy y el de hoy el poema de despedida de mañana. Bashô decía que todo lo que existe es siempre y originalmente la forma del Nirvana. Ningún verso en particular sería su poema de despedida... ¡Eso es maravilloso! Tener la capacidad de expresar la belleza como un acontecimiento que puede aparecer en cualquier momento en que se den las circunstancias, el contexto o el punto de vista adecuados es algo que no puede dejar de inspirarme un profundo respeto...

- Entonces, cuando hablas de cultura japonesa, ¿en qué estás pensando?
Nada en particular, un clima, una sensación: me ha interesado el hecho de que la cultura japonesa se nos revele con una extrema conciencia de la particular relación entre fugacidad y permanencia. El mismo sistema de escritura-imagen refleja esto, y también lo abordan las observaciones que sobre Japón han escrito viajeros sensibles cuyos testimonios amo...

- ¿A qué testimonios te refieres?...

Varios y de muy diferente tipo… pero sólo te mencionaré uno: raro en este contexto, traumático para Japón y completamente alejado del espíritu del arte pero que, evidentemente, en algún sentido debe haberme resultado de valor. Debo haberlo aprendido algo ahí, porque es el primero del que tengo memoria. Cuando tenía once o doce años me fascinaba leer una Historia Universal a través de sus hechos cruciales, editada por Aguilar en tres pesados tomos profusamente ilustrados. Los tomos tenían excelentes artículos que analizaban en detalle algunos momentos puntuales en el camino del hombre, desde la batalla de Salamina a la presentación de El origen de las especies. El último era, claro, la llegada del hombre a la luna. Uno de estos hechos, raro para mí desde el título -que recuerdo con exactitud- era “1854: Perry abre el Japón”. Detallaba la presión que ejerció Estados Unidos sobre Japón con cuatro barcos de guerra y dos cartas al Emperador (una amable, del presidente americano y otra amenazadora, de Perry -el jefe de la flota- para que el país se abriera al mundo. Perry dejó las cartas en 1853 y volvió un año después buscando la respuesta. El hecho despertó mi curiosidad. Lo que a mí me impresionaba, en primer lugar, era que alguien se tomase un año para esperar u ofrecer una respuesta (finalmente, el Emperador cedió a la presión de Estados Unidos y, claro, esto tuvo efectos históricos decisivos). Me acuerdo perfectamente de las ilustraciones (había una de Perry al “estilo Hokusai”) y del texto del artículo, que tenía palabras extrañas para un niño, como shogunato.
Brancusi, un gran escultor, escribió que cuando dejamos de ser niños estamos muertos. Ahora me digo a mí mismo, recordando ese momento, que seguramente no he perdido esa curiosidad infantil: es también un modo en el que Japón vuelve y se constituye como un pensamiento necesariamente vivo.

- ¿Por qué no explicas un poco el movimiento de búsqueda y sentido del montaje fotográfico que encabeza esta conversación?...
Las imágenes son parte de la producción objetual de la cátedra de Morfología. Están producidas por mis estudiantes. No tienen ninguna función particular: son objetos en los que se han estudiado diferentes aspectos del universo de la forma: la consistencia de la materia, el sentido del espacio, la complejidad del relato visual, la búsqueda del equilibrio necesario, la idea de situación, y sobre todo, siempre, la posibilidad de juego, universo de sentido...

La conversación sigue y sigue, delante de una taza de café en un bar de San Telmo. En algún momento terminamos, no sin antes prometernos seguirla a la primera ocasión que se presente. Vuelvo a casa en el colectivo leyendo su Ars Heuristica. Y me evoca la siguiente reflexión:

En variados sentidos, Ars Heuristica alcanza. Nos arriba con brevedad de máximas (a menudo aforismos), fruto de un pensamiento que se allega a la poesía. Su calculada concisión basta para situarnos a las puertas de un hecho candente: recreando lo que existe, busca inventar algo nuevo: algo escurridizo nos estalla entre las manos, buscapié que nos hiere y despierta. Nadie sabe del todo qué es eso nuevo. Sólo podemos señalizar el camino recorrido por la experiencia, tarea llamada invención de conocimiento. Así, ya hemos llegado al corazón de este hermoso texto.

Ahora bien, ¿qué es conocimiento? Tal vez se parece a grupitos de islas rociadas en un inmenso océano. Si hilamos las islas con pespunte, podemos imaginar cadenas cuyas cumbres emergen como cotos de altura. La búsqueda inventiva equivale a navegar con ayuda de un doble ingenio. Uno, el catalejo, dirime la distancia más corta entre islas (conocer es transitar de un sitio que creemos conocido a otro inexplorado). El segundo es un mapa, cada vez más plausible en su incesante re-configuración.

Cuanto más avanza el conocimiento, más constatamos la vastedad del mar. ¿El mar es la ignorancia? Ciertamente lo ignoro. Sospecho que el mar es el vacío. Como tal, deja de ser un problema y se torna celebración de la incerteza, oscilar de palabra y silencio.


Para contactar con Wainhaus:
Web: www.morfologiawainhaus.com.ar
Galería: www.flickr.com/photos/morfologiawainhaus
Blog: www.arsheuristica.blogspot.com
Mail: wainhaus@interlink.com.ar

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