domingo, 19 de julio de 2009

22 julio 2009: Desde la pluma: Fudekara (羽 から), textos de Liliana Ponce


De reconocida actuación docente, Liliana Ponce no deja de ser escritora, traductora y calígrafa. Conviene recordarlo al referirse a su libro de textos y caligrafías Fudekara (Ediciones Tsé-Tsé, pedidos a edtse@sinectis.com.ar). Hay libros que en su seguridad avanzan a paso mesurado. Este es uno de ellos. Es el arte en realidad el que avanza lentamente. Y el que presento es uno centrado en una forma eximia del arte chino y japonés, la escritura.

Escribir, pintar: una vacilación de la que hablaba el 13 de julio en este blog. Retomo algo que sin duda volverá. En japonés, una misma palabra designa el ámbito o gesto común de dibujar, escribir y pintar: kaku (書く). En la poesía japonesa se puede percibir a menudo esta vacilación: pincel en mano, el artista no sabe del todo si dibuja, pinta o escribe. Al obsequiarme el texto, y en típico gesto nipón, Liliana señala una pequeña imperfección en su propio trazado, reproducido en página 55 del texto. Sin embargo (y Ponce no lo ignora) la imperfección va de la mano de la vacilación y ambas conforman el impulso artístico de apresar, con el pincel, una vida que pasa y nos atraviesa, siguiendo su camino. En otra parte de este blog (poesía y creación / crítica poética) desmenuzo lo que el gran François Cheng dice al respecto. Con delicado modo, Liliana Ponce termina el libro con una brillante presentación del arte de la escritura de ideogramas, chinos y japoneses, basada en su experiencia.

El libro de Liliana es un objeto artístico. De modo significativo, en él se trazan fronteras porosas entre poesía, diario personal y meditación. Porque la escritura es a un tiempo gesto corporal, ideación de la mente y ejercicio espiritual. El torso erguido, a mano alzada, quien escribe kanji rotura el terreno como un labrador; o lanza su estocada de kendoka. La escritura es también percepción de la mente que intenta capturar el sonido de las cosas, voces de conversaciones, la forma de la brisa en la ventana o pasos de insectos en las ramas. La escritura busca su más allá en lo que, sin negarla, la sobrepasa, como ocurre en la meditación zen. La cual, a su vez, comienza según los maestros en un gesto del cuerpo. Así se dibuja el círculo áulico de la creación.

¿Quién es idóneo para hablar sobre Japón? (otro tema que volverá una y otra vez al blog). Respondo en este caso señalando simplemente la idoneidad de Liliana Ponce. Se atreve a titular su trabajo con un neologismo, fudekara (fude 羽: pluma // kara から: desde): a partir de la pluma, desde lo que ella permite から [kara], marcando un punto de partida (desde); marcando motivo o razón (porque, como). Ella lo sugiere, lo asoma. Pero aquí corresponde explicitarlo. La creación cultural siempre incluye una cuota de neologismo, de nuevo esfuerzo de conocimiento, de inédita escritura, de traducción.

1 comentario:

  1. Hola, Silva-sensei. Me alegro mucho saber de ti. No te habia escrito, primero por la excusa de siempre de estar ocupada, y segundo, porque me han dicho algunos que de tu nueva direccion no recibian respuestas y la verdad no me habia animado. El mes pasado hemos sacado cosas de tu despacho aunque no tiene aun el duenyo sino hasta para el proximo semestre. Al respecto al tema de Liliana, tengo dos dudas: 1) Me gustaria saber porqeu se ha descartado la posibilidad de usar el kanji 描く(RGAKU/KAKU: dibujar, pintar) aunque el acto de caligrafia es 書く(KAKU: escribir)? 2) No se necesitara alcarar la hora de usar el kanji de pluma 羽 para FUDE ya que normalmente usamos el kanji 筆 para la caligrafia que no esta hecho de pluma sino de cabello. Bien, seguire nevegando y leyendo. Saludos a Silvia.

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