De pronto a mi correo llegan mensajes de practicantes capaces de bancar el zarpazo de la muerte de Spinetta. Eso, por cierto, es Zen de buena ley: no eludir el impacto de la realidad. Ni el gozoso, cuando llega, ni el desgarrador, como hoy es el caso:
...Muchas gracias Luis por tantos años de música, arte, cuento, visión, buen gusto, enseñanza de vida, ejemplo, locura. Nos llevaste de la mano por el camino de la transgresión, la búsqueda, la belleza y el amor. En los años oscuros te quedaste aquí y de algún modo nos sentíamos representados y hasta protegidos por tu arte. Erigiste una coherencia propia y la mantuviste intacta; y demostraste cómo un artista madura sin dejar nunca de ser joven. Te fuiste callado y digno como un Maestro. Tengo un dolor en el corazón y una alegría triste en el alma, porque estoy seguro de que tu próximo paso será alto, cada vez más alto. Y seguiré repitiendo tu nombre como un mantra, para volverme cada día más humano...
...Con este personaje me pasa algo loco. Me parece que hasta la forma en que uno lo quiso, lo quiere o lo lamenta, de alguna manera extraña nos pone frente a un auto análisis lleno de conjeturas y conclusiones destellantes. Pleno de luz y de ganas de ser mejor. Poca gente enseña así, tan... ¿telepáticamente? Poca gente, pero conozco algunos...
...Ayer fue un zazen difícil para mí, y creo que para todos, justo antes de entrar nos enteramos de que había muerto el Flaco Spinetta. Se me sumó eso con la primer práctica en grupo, que acostumbrada a la soledad, fue rara. Salí sintiendo como en carne viva. Calculo que para toda la gente que tiene amor por la música y la poesía hoy es un día especial...
...Lo sabía antes de entrar a zazen, y me puso muy triste, y marcó el tono de la sentada -y también del día de hoy-, porque su música (la suya y pocas más), acompaña muchísimos recuerdos de mi vida, y de las vidas de mis amigos, y las de no amigos también, claro: antes de entrar a la sesión estaba en una esquina, esperando para cruzar. Una chica al lado mío miró un mensaje en su teléfono, me miró a mi con los ojos llenos de lágrimas y me dijo: "Se murió Spinetta. No lo puedo creer. Es muy triste". Tendría que haberla abrazado, pero no me animé. Posiblemente que haya muerto de cáncer de pulmón, como mi madre, contribuyó a entristecerme. Que luego hayas hablado de la respiración me resultó significativo...
...Para mi Spinetta sintoniza absolutamente con el Zen. Escucharlo hablar me resultaba, me resulta, casi siempre muy emocionante, me daba alegría y estímulo para seguir en la búsqueda de una vida más auténtica, libre y gozosa. Las palabras "luz", "alma", "amor", en general tan manoseadas y elusivas, en su boca tenían sentido, las encarnaba. Toda su actitud vital, su vida, fue de búsqueda. Hace un rato el periodista y psicoanalista Tom Lupo contó que una vez se lo encontró y le preguntó: "¿Cómo estás?". "Expectante", le respondió el Flaco. ¿Eso no es zen?...
...La noticia me dejó muy conmovido, todavía no caía. A la salida alguien lo comentó. Pero nunca se sabe qué es significativo para quién. Yo siento una intimidad realmente intensa con la música de Spinetta. Fue uno de mis primeros referentes en varios aspectos, entre ellos la escritura. Él era un tipo despierto de verdad...
viernes, 10 de febrero de 2012
Spinetta (3): El perfume del Zen
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