Construcción de lo masculino por mano de mujer en “Genji Monogatari”, de Murasaki Shikibu
En su ensayo “Un cuarto propio” Virginia Woolf, refiriéndose a las mujeres y la novela, se pregunta si “Podría el hecho de su sexo de algún modo influir en la mujer novelista (1) Dicho de otro modo,¿ el hecho que ocupen una posición inferior en el seno de la sociedad, que se vean obligadas a obedecer el mandato social imperante en su época para todas las criaturas de su sexo, que no tengan acceso a la misma educación que los hombres, que sostengan y practiquen una escala de valores no necesariamente similar a la de los hombres, condiciona de algún modo su construcción del mundo masculino cuando de escribir ficción se trata ?
En este escrito nos proponemos releer “Genji monogatari” de Murasaki Shikibu para tratar de responder a este interrogante. Trataremos en primera instancia de describir el marco social e histórico en el que se originó y desarrollo la literatura de mano femenina.
Trazaremos un esbozo de los rasgos de comportamiento del mundo masculino de la corte Heian para poder establecer comparaciones entre éste y el mundo masculino de ficción creado por Murasaki. Abordaremos luego algunos hechos salientes de la vida y la personalidad de Murasaki Shikibu porque creemos que su experiencia personal debe haber ejercido influencia en la creación de su universo de ficción para, finalmente concentrarnos en el universo masculino descripto en el” Relato de Genji” y la relación entre el Príncipe Resplandeciente y los demás caballeros de la corte.
La sociedad en la corte de Heian Kyo
El primer rasgo a señalar acerca de la sociedad del período Heian es el elevado nivel cultural alcanzado en el desarrollo de las artes y de la escritura. Estas constituían prácticas corrientes en la corte de Heian Kyo.
“La sociedad estaba organizada en una gradación jerárquica rigurosa. Los códigos y los edictos imperiales definían el nivel de vida para cada rango” nos cuenta Iván Morris en su obra “El mundo del príncipe resplandeciente.” La posesión del rango era el principal criterio para considerar a un hombre o a una mujer como” Yoki Hito”, persona de calidad (2): “…así pues, para los habitantes del período Heian el rango cortesano determinaba el cargo, la riqueza, el poder y una miríada de detalles de la vida cotidiana.” (3)
Otro aspecto a tener en cuenta es que la promoción a un rango superior dependía de las relaciones que tuviera la familia con los miembros más bien posicionados de la corte.
Casi todos los miembros de la clase superior pertenecían al mismo clan. Existía además una fuerte conciencia de clase entre los individuos de esta sociedad cortesana.
En la base de esta estructura social fuertemente diferenciada se encontraban los campesinos que constituían la gran mayoría de la población y los únicos que producían las riquezas del país pero que sin embargo, sólo ganaban lo mínimo indispensable para alimentarse, cobijarse y reproducirse:
“El inmenso tiempo de ocio de que gozaban los miembros de las clases superiores les permitían dedicarse a un minucioso cultivo del gusto” agrega Iván Morris en su libro. Y más adelante: “La sensibilidad también precedía a la profundidad, y la experiencia estética era más apreciada que la profundidad abstracta”……”La pauta de sensibilidad establecida que tanto valoraban en la época de Murasaki se resume en aware, una de las muchas palabras intraducible que se usan para definir a la estética japonesa”. (4)
En lo que respecta a sus creencias religiosas, los miembros de la corte en general eran muy eclécticos y tolerantes para con los que practicaban un credo diferente.
Budismo y shintoísmo, entre otras religiones, convivían armoniosamente. Otra característica interesante en lo referente a las creencias y prácticas cotidianas es que junto con los ritos correspondientes al budismo u otra religión convivían complejas supersticiones que procedían de la tradición autóctona y del folclore chino.
Por su lado, el confucianismo ejerció fuerte influencia entre los miembros de la clase aristocrática reglando las relaciones familiares.(5)
Los caballeros de la corte de Heian practicaban la poligamia, eran más amantes de escribir poesía y ocuparse de su vida amorosa, ciertamente intensa, que de los asuntos administrativos propios de su rango. La vida amorosa de estos caballeros es descripta en muchas ocasiones como “curiosa mezcla de depravación y decoro caracterizada por un alto grado de promiscuidad y por la ausencia de cualquier ideal de amor cortés que comportara fidelidad, protección y languidez romántica” (6). Sumamente respetuosos de las normas sociales correspondientes a su posición en la corte, jamás elegirían una mujer no adecuada a su rango como esposa o concubina. Gozaban de un largo tiempo de ocio lo que les permitía practicar la poesía, la música y la danza. Al respecto, Ronald Keene en su ensayo “ Seeds in the heart” sostiene que los hombres de la corte no eran lectores de obras de ficción por considerarlas de menor importancia pero hacían gala de un alto grado de sensibilidad artística.(7) Ivan Morris por su parte sostiene que ,en tiempos de Murasaki, el ideal de educación se aproximaba al ideal renacentista de la sprezzatura, que desdeñaba lo anticuado y lo académico e insistía en que uno debía mostrar sus conocimientos de una forma ligera y despreocupada y más adelante agrega: “Como la mayoría de las personas pertenecientes a la clase de Murasaki tenían escaso interés por el estudio y prácticamente ninguno por la especulación abstracta, casi todos ellos eran adictos a las formas de cultura no académica. En gran medida, su civilización tenía como fundamento el criterio estético y, con muy pocas excepciones, cualquier caballero o dama era aficionado a una o más artes”.
Más adelante sostiene: “En una sociedad de aficionados a la literatura, quien no era capaz de producir una poesía aceptable se encontraba con un obstáculo al menos tan grande como el de un caballero de la corte de Enrique VIII que no supiera montar a caballo. Tales desdichados recibían el desdén de las mujeres como Sei Shonagon, por ejemplo” (8).
Acerca de Murasaki Shikibu
La información que nos llegó sobre su vida se desprende mayoritariamente de la lectura de su diario. Descendía de un ilustre poeta , Sanesuke. Algunos de cuyos poemas figuraban en la antología Kokinnshu. Siendo mujer, en principio le estaba vedado el acceso a la instrucción, no obstante, se ingenió para seguir a escondidas las lecciones impartidas a su hermano y adquirir una sólida formación. En un pasaje de su diario se describe a sí misma como “bonita pero tímida, reacia a que me vean, insociable, entusiasta de los relatos antiguos, vanidosa, tan absorta en la poesía que los demás apenas existen. Desdeñosa con el mundo entero…tal es la desagradable opinión que la gente tiene de mi. No obstante, cuando me conocen dicen que soy extrañamente amable, del todo distinta a lo que les habían hecho creer. Sé que la gente me menosprecia como si fuese una vieja marginada pero me he acostumbrado a todo esto y me digo “Mi naturaleza es como es”(9).
De la lectura de este fragmento podemos inferir su grado de confianza en sí misma y en sus propias cualidades, su capacidad para prescindir de la opinión ajena rasgo este que no era común en la corte de Heian Kyo.
En cuanto a los atributos que le permitieron crear este mundo de ficción tan extraordinariamente rico, debemos señalar su aguda capacidad de observación y análisis así como el alto grado de sensibilidad estética, probablemente educada por la frecuentación de los clásicos chinos y otras lecturas; relatos escritos y poesía en lengua vernácula. Sus largas horas de ocio eran ocupadas en estas lecturas y en la escritura.
La lectura de Diario y de Genji monogatari nos revela el alto grado de conocimiento de la vida aristocrática de Murasaki. Nos parece interesante para poder interpretar bien la obra que nos ocupa hacer mención de algunas hipótesis referentes a las motivaciones personales que llevaron a la gran escritora a escribir este relato. La más convincente de las explicaciones es la de Motoori Norinaga en “Tama no ogushi” quien niega alguna intención de carácter religioso inspirada en el confucianismo y el budismo y prefiere concebirla como un relato inspirado en intenciones literaria que busca materializar el principio de Mono no Aware. Morris coincide con Motoori al afirmar en su obra antes citada que el propósito de Murasaki no fue predicar moralidad sino evocar cierta pauta de sensibilidad emocional.
Otra hipótesis válida: “El mundo del “Príncipe resplandeciente” puede bien haber sido el refugio de Murasaki para enfrentar los elementos adversos del mundo real en el que transcurrían sus días, una transmutación del discurso cotidiano de la corte en una poética de la imaginación”, sostiene Donald Keene en su ensayo “Early and Heian Literature “ (10). Más adelante agrega: “ Sabemos por su diario que los caballeros de la corte no tenían para nada un comportamiento decoroso. Aun los más distinguidos con demasiada frecuencia se emborrachaban y se comportaban rudamente. Murasaki, sin duda revistió de romanticismo el pasado, dotándolo de belleza y elegancia, la mayoría de las veces ausente en el mundo real, pero nunca cayó en la fantasía; Los seres por ella descriptos, incomparablemente más bellos y dotados que aquellos que la rodeaban en la corte de Heian, nacen sin embargo de la pasión de la autora por los seres humanos de carne y hueso”.
El universo masculino en el “Relato de Genji” está precedido por la figura del príncipe, hijo de su majestad el emperador y de una dama de rango inferior de la sociedad de la época , dotado de una belleza física notable, de cualidades intelectuales y de gran sensibilidad para las artes: “a medida que el niño crecía fue revelando una belleza y un carácter tan extraordinarios que nadie le tenía inquina “….” …Estaba adquiriendo tal apostura que apenas parecía de este mundo, y esto causaba cierto temor a su majestad “….”. Cuando cumplió siete años su majestad le hizo efectuar su primera lectura, que llevó a cabo con una brillantez tan insólita…”Se aplicaba a los estudios formales de una manera natural pero también hacía que los cielos resonaran con la música de los instrumentos de cuerda y de la flauta” (11).
Siendo muy joven, pero en total acuerdo con las normas de la época, contrae matrimonio con Aoi hija del ministro de la izquierda. Se convierte en un joven seductor y lleno de encanto cuya ocupación principal era conquistar a las damas de la corte: “El resplandeciente Genji : el nombre era impresionante, pero no así los numerosos y deplorables deslices de su portador; y habida cuenta de la discreción con que se entregaba al libertinaje, para que esa actitud no llegara a oídos de la posteridad le diera una fama inoportuna, cualquiera que airease sus secretos al mundo era un chismoso”; “…pero en realidad no sentía inclinación por las aventuras frívolas, triviales o improvisadas. No, lo suyo era el amorío poco común cargado de dificultad y congoja, pues en ocasiones hacía cosas que no debería haber hecho” (12).
La oposición entre rasgos positivos y negativos de la personalidad del Príncipe Resplandeciente es notoria en este pasaje. Por una parte la narradora emplea los términos “deplorables deslices” y “libertinaje” para referirse a sus hábitos amatorios pero agrega que se entregaba a ellos con “absoluto pudor” y “discreción” y que No sentía inclinación por las aventuras frívolas y triviales”.
A medida que avanzamos en la lectura del relato y seguimos a Genji en su vida de seductor otros rasgos de carácter se perfilan. El Príncipe resplandeciente declara no ser amante de forzar la voluntad de las damas que le interesan. Sin embargo en algunas ocasiones su comportamiento desmintió sus palabras. Recuérdese su actitud violenta con la joven Murasaki, por ejemplo. Se muestra protector y generoso con aquellas con quienes se relaciona íntimamente. El capítulo 5 –“Waka Murasaki- lo encuentra con 18 años, perdidamente enamorado de la princesa Fujitsubo de 23 años, esposa de su padre, lo que lo hace vivir en estado de “Aware” casi permanente. Cabe recordar aquí una definición de aware de Alberto Silva que a nuestro criterio definiría muy bien la vida entera del héroe del relato; “Aware es tristeza y gozo, distancia y proximidad, rechazo y amor, resplandor y tinieblas, alba y ocaso” (13).
En el caso de su relación con Fujitsubo especialmente, el hecho que se trataba de un amor prohibido que fue coronado por el nacimiento de un hijo, al gozo por la experiencia del amor correspondido lo acompañaba la profunda culpa que Genji sentía por haber engañado a su padre y el temor a que el emperador descubriera que el hijo de Fujitsubo era suyo. “Puesto que la vida es, en el mejor de los casos incierta, le atormentaba la perspectiva de que su amor pudiera terminar en tragedia, hasta que poco después de que finalizara el décimo día del segundo mes, ella dio a luz a un varón, y tanto para Su Majestad como para sus damas de honor la inquietud dejó paso a la flicidad”….”Lo cierto es que el niño tenía un parecido tan asombroso con Genji que dejaba el ánimo en suspenso”. Los momentos de tristeza por la distancia que le imponía su amante se veían recompensados por los fugaces momentos llenos de luminosidad de los encuentros : “ La princesa Fujitsubo no se encontraba bien y se había retirado del palacio. Genji experimentaba una profunda simpatía por Su majestad, cuya angustiosa inquietud era evidente, pero ahora, por fin también anticipaba febrilmente una oportunidad para sí mismo…En palacio o en casa, se pasaba las horas diurnas sumido en ensoñaciones y las de la oscuridad acosando a Ômyôbu. Es imposible decir cómo Ômyôbu conseguía preparar esos encuentros, mas pare el pobre Genji incluso esos momentos robados parecían del todo irreales. Para Su Alteza, el recuerdo de aquel último y tan desafortunado incidente era una fuente de constante sufrimiento, y había resuelto que nada similar volvería a suceder (14).
Su encuentro con la niña Murasaki, quien se convertirá en su gran amor más tarde, marca otro hito en la vida sentimental de GM. Y a nosotros lectores nos permite completar un poco el retrato psicológico del príncipe resplandeciente. La niña lo seduce desde el primer encuentro porque le recuerda a una mujer muy querida (Fujitsubo) y a pesar de su tierna edad y de las objeciones de algunas personas de su entorno, decide llevarla a vivir con él argumentando que su intención es protegerla y educarla. Así se expresa el príncipe cuando Shônagon, el aya de la joven Murasaki se resiste a entender las argumentaciones de Genji: “ –Pero porqué sois tan reacios a aceptar las seguridades que ya os he ofrecido repetidas veces? Que su mismo carácter infantil sea tan atractivo para mi me indica, pues no le encuentro otro sentido, que el vínculo entre ella y yo es en verdad insólito. Me gustaría decírselo así…”.
“Tal vez el junco que crece en la orilla de waka no es aún para nadie,
Pero, escucha, ahora que la ola está alta ¿Puede deslizarse de nuevo hacia el mar?” (15). Como lo indica una nota del traductor a pie de página el junco es la niña y la ola es la fuerza incontenible que hace marchar a Genji hacia su objeto de deseo.
En sus frases se refleja la exaltación que le provoca la resistencia de la niña que lo considera un extraño y siente temor en su presencia.
“¿Qué me importa que sea una chiquilla? Espera a ver cuánto la amo; ¡Más de lo que nunca la ha amado nadie!” (16).
Su comportamiento es, según la narradora, vergonzoso ya que decide pasar la noche en la casa y se introduce en el lecho de la niña. “Sabía perfectamente que se estaba comportando de una manera vergonzosa pero de todos modos empezó a hablarle suavemente de cosas que, a su manera de ver, podrían agradarle” (17).
También es conciente Genji de que su comportamiento puede resultar a los demás el de un pervertido pero a pesar de que era un torbellino de sentimientos encontrados se decide a correr el riesgo y trae a la niña al palacio.
En la última parte del capítulo podemos ver a Genji abocado a la educación de Murasaki: “No debes ser tan adusta-le dijo-¿ Cuidaría tanto de ti si no significaras mucho para mi? Una mujer debe ser dulce y obediente”
“ Genji le hablaba de manera cautivadora, le mostraba toda clase de bellas pinturas y juguetes ..y hacía todo lo posible por complacerla”
“Genji no fue a la corte durante dos o tres días, dedicado a lograr que ella se sintiera a sus anchas. Escribió y pintó todo tipo de cosas para mostrárselas, sin duda con la idea de formar un libro con ellas”
“Todavía no sabes escribir pero yo te enseñaré “ (18)
Genji recobra su habitual gentileza para educar a Murasaki a quien quiere “dulce y obediente”, capaz de escribir con bella caligrafía, pintar y apreciar la belleza de las cosas y de la naturaleza según los preceptos imperantes en la época para educar a las mujeres. Educación por el arte y para el arte de distraer a los caballeros..
La escena en que Genji el “Príncipe Resplandeciente” decide que llegó el momento de consumar su relación con la joven Murasaki es sorpresiva y brutal y sume a la heroína en una gran desilusión. Este es otro de los momentos que opacan la imagen de Genji pero quizás es intención de la autora hacernos sentir que su héroe es como cualquier ser humano, ambigüo, pleno de luces y sombras. Por un momento el encanto de Genji se desvanece nos dice Donald Keene en “Early and Heian Literature” y agrega que aún cuando Murasaki, con el correr del tiempo aceptó a Genji en todos los aspectos, ese día no podría ser nunca borrado de su mente. Resumiendo, Genji es apuesto y seductor, apasionado y tierno en los temas del amor pero también y bajo efecto de un deseo imperioso puede volverse violento e irreflexivo, lo que lo hace parecerse más a un hombre de carne y hueso.
El capítulo 8 – “Hana No En “ (15)– Bajo las flores del cerezo- nos permite introducir a los otros caballeros de la corte de Heian Kyo y al mismo tiempo confirmar que, en el mejor de los casos se trata de “satélites” girando alrededor del “sol” (Genji) cuando no directamente de “comparsas” entre los que ocupan un rango inmediatamente inferior en la historia se encuentran : Su majestad el emperador, padre de Genji, El capitán secretario, Tô no Chûjo, primero amigo y luego rival de Genji, Koremitsu, hermano de leche y confidente de Genji, Yûgiri , hijo del príncipe y Aôi, y Reizei, hijo de la emperatriz Fujitsubu y Genji , quienes adquirirán más protagonismo en la 2da. Parte de la obra. “ Por su indumentaria y su porte, los caballeros de la escolta de Genji eran dechados de perfección, cada uno de acuerdo con la exigencia de su cargo y entre ellos los nobles de alto rango lo eran de manera especial, pero la brillantez de aquella única luz parecía eclipsarlos a todos” (19).
Todos ellos son en primera instancia hombres en la corte de Heian Kyo y por lo tanto son la representación en el universo del texto, del ser “hombre” en la corte de Heian . La lectura del cap. 2 , episodio de la conversación en un día lluvioso, nos permite hacernos una idea de la mentalidad imperante entre los caballeros de la corte en lo referente a las mujeres : “ En aquel preciso momento, el caballerizo jefe de la izquierda y el ayudante de ceremonial Fujiwara entraron para unirse a los recluidos. El capitán secretario les dio la bienvenida como emprendedores amantes, al mismo tiempo que grandes conversadores y todos se enzarzaron en una acalorada discusión sobre la manera de distinguir a las mujeres de un nivel de las de otro. Contaron algunas anécdotas sorprendentes”. Todos son ardientes defensores de la organización social en rangos que definen los privilegios de sus miembros. Los hay machistas, atados a tradiciones cuyo respeto conlleva la infelicidad, aún de las personas que quieren, suelen ser rudos con las damas, bebedores empedernidos, aunque la práctica amatoria les exige saber “improvisar” algunos poemas y escribir de manera aceptable para cumplir con el ritual de la escritura epistolar.
Su ideal de mujer; “ …La muchacha fascinante de veras es aquella de la que nadie ha oído hablar, oculta en una casa ruinosa y rodeada de maleza”….”numerosas son las apropiadas para una aventura , pero cuando eliges a la definitiva puede que no te resulte fácil encontrar lo que deseas”…” El principal deber de una esposa es cuidar de su marido” ….” Las mujeres deberían fingir ignorancia de lo que saben y, cuando quieren hablar sobre un tema, dejar algunas cosas al margen” (20).
Aunque muchos de ellos incursionan en la danza y en la ejecución de instrumentos musicales, la narradora, creemos que para acentuar más los rasgos de la personalidad del “Príncipe Resplandeciente “, nos informa que si bien su performance fue de calidad, no iguala jamás a la de Genji. Hay un pasaje en el cap.7,” Momiji No Ga” en el que se puede percibir el contraste entre las habilidades artísticas de Genji y los demás caballeros participantes en un festival. “El capitán Genji danzó “Las olas del mar azul”. Su compañero el capitán secretario, hijo de Su Excelencia de la Izquierda, ciertamente destacaba por su apostura y su habilidad, pero al lado de Genji no era más que un vulgar árbol de montaña al lado de un cerezo en flor.”
Más adelante, la voz de la narradora nos hace conocer los pensamientos íntimos de algunos de estos caballeros; “Esa noche el capitán Genji adquirió el tercer rango, grado superior, mientras el capitán secretario alcanzaba el cuarto rango, grado inferior. Si cada noble de alto rango tenía razones para alegrarse, “Cada uno en la medida que le correspondía, era porque el ascenso de Genji conllevaba el suyo propio. ¡Cómo le complacería a cualquiera saber qué méritos de vidas anteriores le permitían deslumbrar a todos los ojos y aportar tanta dicha a todos los corazones!” (21).
En este contexto surgen sentimientos encontrados hacia Genji, es interesante hacer referencia a la evolución de la relación de Tô No Chujio , capitán secretario y cuñado de Genji desde un punto de franca amistad y complicidad hacia una fuerte rivalidad ; “El capitán secretario ocultó todo esto a su hermana, pero se reservó la idea de decírselo como una amenaza que plantearle a Genji cuando la ocasión lo requiriese. Incluso los hermanastros de Genji tenían un respeto reverencial hacia él y le trataban como al favorito de Su Majestad, pero no así el capitán secretario que respondía con bravura cada vez que Genji planteaba un desafío y estaba claramente decidido a no ser menos que su amigo…Sí, Genji era hijo de un emperador pero él era el hijo predilecto del principal ministro de su Majestad y de una princesa, y por eso no se sentía en absoluto inferior a Genji. Su persona combinaba todas las cualidades deseables, y no había ningún atributo de excelencia del que careciera” (22). Lo que escuchamos es la voz de Tô convenciéndose a sí mismo de su condición de igualdad con el héroe. En suma, celos, envidia, competitividad, admiración a pesar de todo, amistad, todos sentimientos que surgen, en quienes tratan a Genji, hacia él.
Siguiendo con esta estética de los contrastes, no faltan en la descripción del mundo masculino de Heian donde la virilidad reina, algunas referencias a sentimientos de atracción hacia personas del mismo sexo. En el cap. 7 de “Genji” leemos; “Como su alteza era hombre elegante y de ademanes lánguidos, Genji especulaba para sí acerca de los placeres de su compañía si él fuese mujer y, puesto que tenía un doble motivo para sentirse íntimo con aquel hombre , trabó con él una atenta conversación. Su Alteza, por su parte observó que Genji era mucho más abierto y se mostraba más desenvuelto que de ordinario; Le gustó mucho su aspecto y como no sabía que Genji era su yerno, dejó que su fantasía se entregara también al placer de imaginarlo como una mujer.” (23) Murasaki da cuenta de lo que pasa por la mente de ambos caballeros, un modo de sugerir que la atracción entre personas del mismo sexo no estaba ausente en este mundo donde el “Carpe Diem” regía las acciones de los cortesanos. Esto podría también ilustrar la afirmación de I. Morris en su libro arriba mencionado, según la cual estos caballeros daban “una impresión un poco femenina” por una serie de comportamientos que tenían. Al príncipe Kaoru, le aterra la posibilidad de que lo ataquen los salteadores de caminos. Las lágrimas, lejos de ser tomadas como prueba de debilidad, “revelaban que un hombre era sensible a la belleza y al patetismo de la vida” (24).
El pasaje de la muerte de Aoi, entre otros, nos permite conocer el mundo de las creencias y supersticiones que pueblan la mente de los aristócratas de Heian. Al respecto sostiene Morris que “cuando tenían que regular los detalles prácticos de sus vidas cotidianas, las gentes de Heian confiaban mucho más en la superstición que en la religión”….”. El exorcismo, la adivinación y otras practicas similares” están presentes en el relato en ocasión de nacimiento, enfermedad o muerte.(25)
La presencia del príncipe Genji, en la 2da. parte se debilita un poco y toma protagonismo el personaje de Kashiwagi, hijo de Tô No Chujo, antiguo amigo y posterior rival del héroe. Yuguri, a pesar de que su aspecto es descripto con los superlativos habituales, no deja de ser una visión reducida de su padre en todos los aspectos: ético, psicológico y físico.
Murasaki hace que Genji se retire de la escena progresivamente, primero éste anuncia su intención de retirarse del mundo para entrar a un convento budista pero pospone la realización del proyecto. En el cap. titulado “ Maboroshi” procede a destruir viejas cartas de amor, excepto las de Murasaki y se sumerge en remembranzas que tienen a sus dos grandes amores, la joven Murasaki y Fujitsbo, como protagonistas. Esta es la última aparición de Genji en el relato. La desaparición de Genji es anunciada al comienzo de la tercera parte al mismo tiempo que se anuncia que “nadie había podido reemplazarlo”.
Creemos, como sostiene Virginia Woolf en su ensayo “Un cuarto propio” que Murasaki superó la prueba de caer en una escritura de mujer excluyente.
“Es fatal para el que escribe pensar en su sexo. Es fatal ser un hombre o una mujer pura y simplemente. Hay que ser viril-mujer o mujer-viril.(26)
Tampoco se percibe al leerla que escriba desde el agravio o el resentimiento propios de algunas escritoras de la Europa de los siglos XV a XIX , según sostiene Virginia Woolf en el ensayo antes citado.
Antes de concluir nuestro trabajo y con la intención de no dejar de lado elementos importantes que nos permitan esclarecer aún más el problema aquí abordado, nos parece pertinente citar algunas tesis del estudioso japonés Tomiko Yoda referentes a la relación entre Literatura, género y lenguaje.
En el apartado “Female discontent” de su obra (27) Tomiko Yoda sostiene que por un lado , en el Relato de Genji, su autora representa el sufrimiento de los amantes como un sentimiento poderoso y genuino pero por otra parte no deja de afirmar la trivialidad de los sentimientos amorosos frente al respeto del orden social y religioso establecido. Los amantes en varias ocasiones reconocen la futilidad e inconsistencia de la pasión romántica, y lo hacen a través de los poemas que intercambian. Esta ausencia de legitimidad que caracteriza a sus sentimientos es afín con el tono melancólico, no trágico, que preside todo el relato.
El orden social puede ser mantenido a distancia por el “Élan poétique “(la expresión es nuestra) encarnado en los intercambios líricos que se intercalan con los otros recursos literarios, pero elige otros medios para manifestarse, no como fuerza exterior a los amantes sino como un aspecto de su propio posicionamiento social. Es en este punto que las diferencias de género surgen como un factor decisivo en la construcción de las relaciones amorosas. El análisis de las respuestas de las mujeres en el contexto de estos intercambios “poetizados” permite observar que estos no solo surgen como modos de cumplir con las convenciones poéticas imperantes sino que sugieren la imposibilidad de satisfacción de los sentimientos románticos de las mujeres y que adquieren una forma específicamente femenina. La fuerza de la pasión femenina en el GM es doblemente acallada por un lado, los imperativos y las prescripciones sociales referentes a su propio sexo que la conminan a ejercer un rol pasivo, a reaccionar en función del comportamiento de su amante. Obsérvese que la mujer siempre “responde”, es el hombre quien tiene la iniciativa en el intercambio de poemas. Ellos por un lado deben acatar al igual que la mujer las convenciones sociales imperantes y por el otro, contribuyen a reforzar la posición de inferioridad a la que están confinadas las mujeres y que les confieren poderes y privilegios sobre ellas. Esto se percibe claramente en los intercambios entre Genji y la Utsusemi, una de las pocas mujeres que resistió el asedio del héroe Mientras los poemas que surgen de la pluma de Murasaki pero adjudicados al héroe, son clara expresión de los sentimientos exaltados del héroe por la joven y tienden a persuadir al objeto de su deseo para poder satisfacerlo plenamente, las respuestas de la dama dominada por la fuerte convicción de la imposibilidad de realización de esta pasión, se centran en la relación de ellos como fuente de dolor y marca la fuerte convicción de la imposibilidad de concreción de la relación. Citamos a modo de ejemplo el siguiente intercambio poético del capítulo 2 de GM –Hahakigi-
“El título del capítulo alude a un intercambio de poemas entre Genji y una mujer que le ha decepcionado al mostrarse inaccesible.
- Él escribe: Yo, que jamás supe lo que significaba el árbol de retama, ahora me asombro al descubrir que el camino a Sonohara me ha alejado mucho de mi ruta.
- Ella responde: Lleno de pesar porque he sabido que nació en un hogar humilde, el árbol de retama que viste por un instante se desvanece y enseguida se pierde de vista.
Desesperado por la resistencia de la muchacha, más adelante Genji le dice:
Puede que haya amanecido, pero cuando aún podría quejarme de tu crueldad
¿Debe el canto del gallo despertarme antes de que tenga todo cuanto deseo?
En el capítulo 3 que lleva el nombre de la joven que Genji viene asediando desde el capítulo anterior, él le envía el siguiente poema:
Bajo este árbol, donde la cigarra en época de muda dejó su caparazón vacío,
Sigo anhelándola, por todo cuanto sé que ella es.
Ella escribe como un comentario privado en su carta:
Así como las gotas de rocío se posan en las alas de la cigarra, oculta en su árbol,
Secretamente, oh, secretamente, estas mangas están
humedecidas con mis lágrimas.
Los versos de la heroína, que es de posición social inferior y está casada, expresan su distanciamiento de él y de su fantasía amorosa. Por medio de la construcción del discurso poético la narradora quiere señalar algunas diferencias de comportamiento “reales” que tienen que ver con el sexo de las personas, en la sociedad de su época.” Es una constatación de la existencia de un fenómeno social que efectivamente condiciona la vida de hombres y mujeres de la corte de Heian Kyo, no una manifestación de una mujer que se siente agraviada por su posición inferior en el seno de este grupo lo que Murasaki quiere expresar. Su proyecto desde el inicio es dar cuenta de una realidad, no defender una causa desde una posición de enfrentamiento con quienes ocupan una posición de privilegio.
Notas bibliográficas:
(1) Woolf, Virginia (2003) -“Un cuarto propio”- traducción de Jorge L.Borges - Alianza Ed.
(2) Morris, Ivan (2007) -“El mundo del príncipe resplandeciente” Traducción de Jordi Fibla –Ed. Atalanta. P 103
(3) Morris, Ivan (2007) op.cit p 105-108
(4) Morris, Ivan (2007) op.cit p 253-256
(5) Morris, Ivan (2007) op.cit p 55 y 133
(6) Morris Ivan (2007) op.cit p 192
(7) Keene, Donald (1998-99) – “ A History of Japanese Literature”- New York-Columbia University Press (vol. 1) p 481
(8) Morris,Ivan (2007) op.cit p 235 y 239
(9) Morris, Ivan (2007) op.cit 317
(10) Keene, Donald (1998) op.cit p 487
(11) Murasaki Shikibu (2005) –“La Historia de Genji”- Traducción de Jordi Fibla-Ed. Atalanta- p 39
(12) Murasaki Shikibu(2005) op.cit-p 57
(13) Silva, Alberto (2008) –“Libro de amor de Murasaki”-Valencia-Pre-Textos-p 32
(14) Murasaki Shikibu (2005) op.cit- p 147
(15) Murasaki Shikibu (2007) op.cit- p 152
(16) Murasaki Shikibu (2007) op.cit- p 153
(17) Murasaki Shikibu (2007) op.cit- p 154
(18) Murasaki Shikibu (2007) op.cit- p 160
(19) Murasaki Shikibu (2007) op.cit –p 224
(20) Murasaki Shikibu (2007) op.cit- p 59 a 61
(21) Murasaki Shikibu (2007) op.cit- p 191
(22) Murasaki Shikibu (2007) op.cit- p 207
(23) Murasaki Shikibu (2007) op.cit- p 193
(24) Morris, Ivan (2007) op.cit- p 198
(25) Morris, Ivan (2007) op.cit- p 173
(26) Woolf, Virginia (2003) op.cit- p 114
(27) Tomiko Yoda (2004) “ Gender and National Literature- Duke University Press London. P 140 a 145 (La traducción es nuestra )
sábado, 18 de diciembre de 2010
19/12/10: Chica busca chico. Lo masculino como invento (Mónica Vázquez)
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